martes, junio 17, 2008

Esperanza

Suena el celular y me fijo rápido. No era el mío. Es increible pero todos los celulares suenan igual. La calle, el colectivo, el trabajo es un ruido ensordecedor de celulares. De gente hablando con aparatos.

Vuelvo a escuchar que suena y pienso que no es el mio, pero igual no puedo evitar fijarme. Espero que seas vos. Llego un mensaje, pero no es tuyo. Como puedo seguir pensando que vas a escribir o llamar. Me siento estúpida de solo pensarlo. Y lo pienso. No sos vos, es siempre la misma persona. Gracias. Me da tristeza pero a la vez alegría que este ahí cuando vos no estas. Contesto y dejo el celular. Me prometo no volver a mirar. Lo pongo en vibrador y lo dejo en mi mano. Vibra y seguro ahora tenés que ser vos, pero no. De nuevo la misma persona que antes. ¿Por qué sigo creyendo que vas a llamar?
Voy caminando y te encuentro a vos y te cuento. Y si, conmigo eso no te pasaría. No te hagas la victima vos que tampoco llamas cuando te necesito. Lola. Ahora no quiero reproches. Ahora soy yo la que voy a poner los puntos, las reglas y las expepciones.

Y al que no le guste, ahí esta la puerta.

2 comentarios:

Exekiel dijo...

Tomar las riendas, que le dicen...

Gracias por agregarme, y que bueno que te sientas comoda en mi pequeño blog...

He notado que tenemos gustos musicales muy parecidos...

La Cigarra en el recital de Ismael Serrano... Hermosa... estube el mismo dia que vos...

Un abrazo...

La Maga dijo...

Si, entre y me sentí como en casa ... y eso cuesta en esos tiempos!

Cariños!