miércoles, abril 16, 2008

15 horas sin Celular

Quince horas sin celular. Al principio la desesperación hasta llegar a la aceptación y luego liberación. Salgo de casa a las 8 de la mañana y al llegar al trabajo descubro que he salido sin mi celular. Mi celular es más que un celular, guarda afectos, contactos, mensajes, palabras, ideas y además tiene mi agenda desde hace poco tiempo, desde el momento en que decidí llevar en la cartera lo minimo indispensable, y la agenda era eso.
Quince horas sin escribir un mensaje de texto, y sin navegar por esa pantallita. Sin ver si tenía llamadas perdidas ... sin ver al monitor comportarse raro por que mi celular estaba por sonar. Eso es algo interesante, el celular hace interferencía con mi monitor, supongo que tiene una explicación. Fue desintoxicante pasar esas horas sin el (si, EL, masculino, y no me pregunten por qué). Eso lo digo ahora que ya esta de nuevo conmigo. Ayer estuve todo el día de mal humor por no tenerlo. O al menos tuve a que atribuirle mi mal humor. ¿Y si alguien me quiere ubicar? No tiene como, que deseperación. Y si necesito llamar a alguien, no recuerdo un solo teléfono de memoria, a excepción del de la casa de mis padres. Desesperación. Ira. ¿Como pude olvidarmelo? ¿Como resolverlo sin entrar en pánico? Primero le avise por msn o mail a las personas que yo suponía ese día podrían comunicarse conmigo que me lo había olvidado. A todos les dí el teléfono laboral, por las dudas ... Me acordaba que mi agenda decía que tenía que hacer un par de llamadas. ¿Como cumplir con la agenda si no tengo los teléfonos? Llamé a la casa de mis padres teléfonos a la casa de mis padres que por suerte todavía en su agenda se conservan algunos teléfonos de mis amigos y contactos mios. También me descubrí usando un par de tarjetas personales que tenía en la billetera. Todo cobro un nuevo significado. Lo positivo fue que anduve en el colectivo escuchando música sin estar alerta por si suene, vibre o haga algo. Sin interrupciones. Sin que nadie sepa donde estaba. Sin miedo de perderlo, de que me lo roben, sin estar tactando cada dos segundos la cartera a ver si vibra, suena o chilla por algo ... Los más gracioso fue que al llegar el aparatito estaba esperandome en el mismo lugar que lo había dejado, sin llamadas perdidas, sin alertas y sin mensajes.

2 comentarios:

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Hola! Te vine a ver desde lo de La Maga...la otra Maga, la escritora, busno, como vos también... y me quedo pensando de cuál maga habla el post reciente...Bueno, no quiero explayarme en mi primer visita.
Sólo conocerte.
Ya hace poco que tengo celular. Y podría prescindir, totalmente!

Supongo que se instala, como la pc y otras yerbas.

Un beso!
Desde acá nomás.

La Maga dijo...

Ferípula bienvenida! Ya anduve recorriendo tus blogs ... me gustaron mucho así que estaré visitandolos seguidos. Un beso!